viernes, 18 de julio de 2008

El Triángulo de las Bermudas

Es un área geográfica de 3.900.000 kilómetros cuadrados entre las islas Bermudas, Puerto Rico y Melbourne (Florida) (situado de 55°O a 85°O y de 30°N a 40°N), en la que se han producido numerosas desapariciones inexplicables de barcos y aviones.
El misterio se remonta a mediados del siglo XIX, y desde entonces un total de más de cincuenta barcos y veinte aviones han desaparecido en el triángulo. Uno de los casos más famosos fue la desaparición del vuelo 19.
Cinco bombarderos estadounidenses tipo Torpedo abandonaron Fort Lauderdale el 5 de diciembre de 1945, en un vuelo de entrenamiento rutinario y con buenas condiciones meteorológicas. Ninguno volvió. Incluso el hidroavión que se envió a buscarlos desapareció. Otras historias de la región hablan de barcos encontrados abandonados con comida aún caliente en las mesas y aviones que desaparecen sin siquiera haber lanzado una llamada de socorro. La ausencia de restos se alega a menudo como prueba del misterioso poder del triángulo. Hay explicaciones de todo tipo, incluyendo rayos mortales que proceden de la Atlántida y secuestros de un OVNI (Objeto Volador No Identificado).
Los análisis menos fantasiosos apuntan a que las fuertes corrientes y la profundidad de las aguas podrían explicar la ausencia de restos, subrayando que varias de las desapariciones atribuidas al triángulo de las Bermudas en realidad ocurrieron a 600 kilómetros de distancia.
Además, naves civiles y militares atraviesan la región todos los días sin contratiempos. En cuanto se perfeccionen las técnicas de inmersión en aguas profundas es probable que se recuperen la mayoría de los barcos perdidos. Pero lo más probable es que el misterio del triángulo de las Bermudas permanezca durante mucho tiempo aún en la imaginación popular.

domingo, 13 de julio de 2008

leyenda de Turquía, Bulgaria y Rusia laserpiente-dragón que se llama Zilant

La serpiente-dragón más renombrada de Turquía, Bulgaria y Rusia se llama Zilant, vocablo que significa “serpiente” en uno de los dialectos turcos. A veces se hace referencia a esta criatura con la palabra persa Ajad, emparentada con el cirílico Аждаhа. Para los rusos, el Zilant era una criatura repulsiva, similar a los dragones europeos y persas.

Según la creencia extendida en los alrededores del Volga y de la región Idel-Ural, si estas serpientes-dragones sobreviven 100 años se transforman en bondadosas serpientes blancas (llamadas Aq Yılan).

Dragones de Rusia
Dragones de Rusia

En este punto de su evolución, sí tienen una influencia beneficiosa sobre los seres humanos, de manera similar al dragón chino, y son capaces de atraer la buena suerte.

La mayoría de las leyendas rusas consideran a Zilant como maligno, aunque existen variantes. Según el folclore popular, una enorme serpiente-dragón de dos cabezas vive en el fondo del agua de los lagos Qaban y ataca a los ciudadanos que habitan a orillas de los mismos. Según otras historias, la serpiente gigante se transformó en un espíritu llamado Diü, que fundó el reino subacuático del lago. Otras leyendas indican que Zilant sigue tramando cómo vengarse de un caballero que lo apuñaló con una daga envenenada.

También en Bulgaria es habitual la comparación del dragón con la serpiente, como en las creencias cristianas, aunque no siempre adquieren la connotación de criaturas diabólicas

sábado, 12 de julio de 2008

leyenda japonesa

Kojiki, Antecedentes de antiguos asuntos. Yamato-takeru asesina a los hermanos Kumaso

Un día, el emperador Keiko fue informado de que la tribu Kumaso de Tsukushi se había alzado en armas contra él. El Soberano Celestial, que confiaba en el valor y la ferocidad de su hijo, llamó al noble Oh-usu, un joven de dieciséis años, y le dio esta orden "En el oeste, hay dos guerreros Kumaso. Ambos son rebeldes e insolentes. ¡Atrápalos!" Y, con este encargo, lo despachó. Antes de partir, el noble Oh-usu fue a ver su abuela, la noble Yamato-ime, que le dio su blusa y su falda para que se las pusiera. Escondió el joven un puñal en su pecho y se puso en marcha.Cuando alcanzó la casa de los osados Kumaso, vio que estaba rodeada por tres hileras de guerreros, que acababan de habilitar una cueva cercana como su base y que, con grandes ruidos, iban preparando su comida para un festín. Y el príncipe Oh-usu paseó por la zona, esperando a que empezasen las festividades. Cuando el día de la fiesta llegó, cepilló y alisó su pelo, que llevaba recogido en un moño masculino sobre su cabeza, y se puso la falda y la blusa de su tía. Aprovechando que parecía una muchacha, se mezcló entre las concubinas y se introdujo en la cueva.Cuando los dos osados Kumaso, el mayor y el menor de los hermanos, se fijaron en el joven, grande fue su contento. Le invitaron a sentarse entre ellos y se divirtieron mucho con él. Cuando, gracias a la bebida, llegó el momento más dulce, el noble Oh-usu extrajo de su pecho el puñal, cogió al mayor de los Kumaso por el cuello de sus ropas y le traspasó el pecho con él. Horrorizado, el menor de los Kumaso salió corriendo para salvar la vida, pero el noble Oh-usu fue detrás de él y le alcanzó al pie de la escalera de la cueva, donde le atacó por detrás, introduciendo el sable por el recto. El valiente Kumaso habló, y dijo: "No muevas la espada pues, yo, vuestro humilde sirviente, tengo que deciros algo". El noble Oh-usu, que lo mantenía tumbado en el suelo, le dio cuartel. El valiente Kumaso volvió a hablar y preguntó: "¿Quién sois vos, noble joven?" "Soy el noble hijo de Oho-tarashi-hiko-Oshiro-wake, el emperador celestial que mora en el palacio de Hishiro en Makimiku y gobierna la tierra de las Ocho Grandes Islas; y mi nombre es Rey Yamato-oh-guna. Al saber que vosotros dos, los valientes Kumaso, erais traidores y no le respetabais, me ordenó venir aquí y acabar con vuestras vidas.El valiente Kumaso respondió: "Eso es cierto. Nadie en el oeste es tan valiente ni tan indómito como nosotros. Pero en la tierra del Gran Yamato, un hombre hay que más valiente que nosotros dos es. Por ello, te ofrezco un nombre noble. Desde ahora, mereces ser reconocido como el noble muchacho Yamato-takeru". Tan pronto como acabó de decirlo, el príncipe lo rajó a cuchilladas, como a un melón maduro, y acabó con su vida. Desde entonces, le rindieron honores llamándole con el noble nombre Yamato-takeru. Cuando volvía a la capital después de esta gesta, sojuzgó y pacificó a todas las deidades de las montañas y de los ríos y las deidades del estrecho de Shimonoseki y se dirigió a la capital

viernes, 11 de julio de 2008

Vivía en tiempos de la Colonia un hombre cuya entretención y oficio cotidiano era la "cacería". Para él no había fiestas profanas ni religiosas; no había reunión de amigos ni paseos; nada le entretenía tanto como salir a "cazar" venados al toque de la oración, en los bosquecillos aledaños; borugos a la orilla del río por entre los guaduales; los guacos, chorolas, guacharacas y chilacoas por los montes cercanos a los pantanos, ciénagas y lagunas. El producto de la cacería constituía el sustento de la familia y su único negocio.


En aquel caserío tenían una capilla donde celebraban las ceremonias más solemnes del calendario religioso. Tenía unas ventanas bajas y anchas que dejaban ver el panorama y para que el aire fuera el purificador del ambiente en las grandes festividades.

Llegó la celebración de la Semana Santa. Los fieles apretujados llenaban la capilla, oyendo con atención el sermón de "las siete palabras". Los feligreses estaban conmovidos. Reinaba el silencio... apenas se percibían los sollozos de los pecadores arrepentidos y los golpes de pecho.

Allí estaba el cazador, en actitud reverente, uniendo sus plegarias a las del Ministro de Dios, que en elocución persuasiva y laudatoria hacía inclinar las cabezas respetuosamente.

De pronto, como tentación satánica, entró un airecillo que le hizo levantar la cabeza y mirar hacia la ventana. Por ella vio, pastando en el prado, un venado manso y hermoso. Que maravilla! Esto era como un regalo del cielo! estaba a su alcance... a pocos pasos de distancia. Rápido salió por entre la multitud en dirección a su cabaña.

Fue tanta la emoción del hallazgo que no se acordó del momento grandioso que significa para los cristianos el día de Viernes Santo. Tampoco se fijó en el momento sagrado de la pasión de Cristo. Salió con su escopeta y su perro en busca de la presa. Ya el animal había avanzado unas cuadras hacia el manantial. El cervatillo al verse acosado paró las orejas y se quedó inmóvil, como esperando la actitud del hombre. Este al verlo plantado le disparó, pero en ese mismo instante el animal huyó.

Perro y amo siguieron las pistas, lo alcanzaron y, al dispararle de nuevo, se realizaba el mismo truco. El afiebrado cazador no medía ni el tiempo, ni la distancia. Seguía... seguía... cruzaba llanos, montañas, cañadas, colinas, despeñaderos, riscos y sierras. Llegó por fin a la montaña cuando las tinieblas de la noche dominaban la tierra.

La montaña abrió sus fauces horripilantes..! El cazador penetró... y nunca más volvió a salir de ella. Dicen que la montaña lo devoró.

La casa del trueno

La casa del trueno(Leyenda Totonaca - México)Cuentan los viejos que entre Totomoxtle y Coatzintlali existía una caverna en cuyo interior los antiguos sacerdotes habían levantado un templo dedicado al Dios del Trueno, de la lluvia y de las aguas de los ríos.
Eran tiempos lejanos en los que aún no llegaban los hispanos ni las portentosas razas, conocidas hoy como Totonacas, que poblaron el lugar que después llamaron Totonacan.
Y siete sacerdotes se reunían cada tiempo en que era menester cultivar la tierra y sembrar las semillas y cosechar los frutos, siete veces invocaban a las deidades de esos tiempos y gritaban entonaban cánticos a los cuatro vientos o sea hacia los cuatro puntos cardinales, porque según las cuentas esotéricas de esos sacerdotes, cuatro por siete eran 28 y veintiocho días componen el ciclo lunar.
Esos viejos sacerdotes hacían sonar el gran tambor del trueno y arrastraban cueros secos de los animales por todo el ámbito de la caverna y lanzaban flechas encendidas al cielo. Y poco después atronaban el espacio furiosos truenos y los relámpagos cegaban a los animales de la selva y a las especies acuáticas que moraban en los ríos.
Llovía a torrentes y la tempestad rugía sobre la cueva durante muchos días y muchas noches y había veces en que los ríos Huitizilac y el de las mariposas, Papaloapan, se desbordaban cubriendo de agua y limo las riberas y causando inmensos desastres. Y cuanto más arrastraban los cueros mayor era el ruido que producían los torrentes y cuanto más se golpeaba elgran tambor ceremonial, mayor era el ruido de los truenos cuanto más relámpagos significaba mayor número de flechas incendiarias.
Pasaron los siglos...
Y un día arribaron al lugar grupos de gentes ataviadas de un modo singular, trayendo consigo otras costumbres, y otras leyes y otras religiones.
Se decían venidos de otras tierras allende el gran mar de turquesas (Golfo de México) y tanto hombres, como mujeres y niños, tenían la característica de estar siempre sonriendo como si fueran los seres másfelices de la tierra y tal vez esa alegría se debía a que después de haber sufrido mil penurias en las aguas borrascosas de un mar en convulsión habíanpor fin llegado a las costas tropicales, donde había de todo, así frutos como animales de caza, agua y clima hermoso.
Se asentaron en ese lugar al que dieron por nombre, en su lengua Totonacan y ellos mismos se dijeron totonacas.
Pero los sacerdotes, los siete sacerdotes de la caverna del trueno no estuvieron conformes con aquella invasión de los extranjeros que traían consigo una gran cultura y se fueron a la cueva a producir truenos,relámpagos, rayos y lluvias y torrenciales aguaceros con el fin de amendrentarlos.
Llovió mucho y durante varios días y sus noches, hasta que alguien se dio cuenta de que esas tempestades las provocaban los siete hechiceros, los siete sacerdotes de la caverna de los truenos.
No siendo amigos de la violencia, los totonacas los embarcaron en un pequeño bajel y dotándoles de provisiones y agua los lanzaron al mar de las turquesas en donde se perdieron para siempre.
Pero ahora era preciso dominar a esos dioses del trueno y de las lluvias para evitar el desastre del pueblo totonaca recién asentado y para el efecto se reunieron los sabios y los sacerdotes y gentes principales y decidieron que nada podría hacerse contra esas fuerzas que hoy llamamos sencillamente naturales y que sería mejor rendirles culto y pleitesía,adorar a esos dioses y rogarles fueran magnánimos con ese pueblo que acababa de escapar de un monstruoso desastre.
Y en ese mismo lugar en donde había el templo y la caverna y se ejercía el culto al Dios del trueno, los totonacas u hombres sonrientes levantaron el asombroso templo del Tajín, que en su propia lengua quiere decir lugar de las tempestades. Y no sólo se rindió culto al Dios del Trueno sino que se le imploró durante 365 días, como número de nichos tiene estemonumento invocando el buen tiempo en cierta época del año y la lluvia, cuando es menester fertilizar las sementeras.
Hoy se levanta este maravilloso templo conocido en todo el mundo como pirámide o templo de El Tajín en donde curiosamente parecen generarse las tempestades y los truenos y las lluvias torrenciales.
Así nació la pirámide de El Tajín, levantada con veneración y respeto al Dios del Trueno, adorado por aquellas gentes que vivieron mucho antes de la llegada de los extranjeros, cuando el mundo parecía comenzar a existir.